Bernal Díaz del Castillo viajó en 1514 al Nuevo Mundo. Participó en varias expediciones por Centroamérica con Pedro Arias Dávila, Francisco Hernández de Córdoba y Hernán Cortés por Cuba, México, Honduras y Guatemala.
Su gran memoria, a pesar de su baja instrucción escolar, le permitió crear esta gran obra con más de ochenta y cuatro años : “Lo que yo vi y me hallé en ello peleando, como buen testigo de vista yo lo escribiré, con la ayuda de Dios, muy llanamente, sin torcer ni una parte ni otra...”
Refleja su experiencia, reivindicando el papel que tuvieron las personas que ayudaron a personajes de mayor importancia en la conquista de América. Su lenguaje es llano y entretenido. Cuesta un poco acostumbrase al principio, por el Castellano de la época, pero luego se hace más llevadero.
“Según nuestro hablar de Castilla la Vieja, y que en estos tiempos se tiene por más agradable, porque no van razones hermoseadas ni policía dorada, que suelen poner los que han escrito, sino todo a las buenas llanas, y que debajo de esta verdad se encierra todo bien hablar”
No hay comentarios:
Publicar un comentario